Como producto de la derogación de la ley de la amazonía, el gobierno ha quedado débil ante las agrupaciones sindicales y organizaciones sociales, el resultado es el sin número de huelgas por todo el país, con el mismo motivo, la derogación de leyes y la obtención de reivindicaciones perseguidas durante mucho tiempo, como; paro de transportistas, reclamos contra las minas y otros que se vienen.

Gracias a los errores de un gobierno autosuficiente, que ha priorizado la imposición de una ley, olvidando que las leyes no nacen del capricho de unos cuantos políticos, profesionales o intelectuales, sino que nacen para solucionar algún problema social, previa consulta y estudio de las realidades de las sociedades que están inmersas en ellas, ese fue su error y ahora algunos vándalos van ha aprovechar la coyuntura y tratar de jalar agua para sus molinos, tengan razón o no, bloqueando carreteras y afectando la libertad de los peruanos comunes y corrientes como nosotros.

Se suma a todo este desorden la incapacidad de un congreso que no ha podido censurar a la ministra Cabanillas y al ministro Simon, en ese orden, la primera a mostrado incapacidad para dirigir la cartera del interior, dedicándose a temas sin importancia para el país y obviando lo importante, el segundo, si ha tenido buenas intenciones todo ha quedado en ello, no ha sido capaz de hacer valer sus pensamientos y conceptos y se ha dejado utilizar y absorber por el vampiro García, ambos deben dar un paso al costado, por el bien de la democracia en nuestro país, mantenerlos solo degrada su institucionalidad.

Fernando Rospigliosi fue censurado por nada durante el gobierno de Toledo, por un congreso igual de inepto que el actual, ironías de la política, Rospigliosi ha sido de lejos el mejor ministro del interior que hemos tenido en muchos años.