“El Opus Dei niega su "condición terrenal" pero nació como aliado y padre consejero del fascismo español, asesino y plutócrata. La Orden ya domina 7 obispados en el Perú, cuna de la teología de la liberación, la corriente que Juan Pablo II consiguió desterrar de la curia pero no de los corazones de la iglesia de base, esa sí pobre y misionera. Lo que se viene es un capítulo de inéditas tensiones entre el elegido papal y la Conferencia Episcopal”

Texto escrito por  Mariella Patriau en el periódico liberación el 13/09/2000, opinando sobre la elección de Cipriani como cardenal (http://stucchi.tripod.com/politica/sera.htm).

Las declaraciones del cardenal Juan Luís Cipriani, criticando a los nativos por las muertes de policías en Bagua y arremetiendo contra las ONGs, no hacen más que mostrarnos su pensamiento reaccionario, cultivado desde sus inicios en el Opus Dei.

De un tiempo ha esta parte el cardenal se dedica a opinar sobre política o los sucesos que acontecen en nuestro país, pero no lo hace desde un punto de vista conciliador y abierto, “como le correspondería a un discípulo de dios”, si no desde una visión reaccionaria y parcializada, siempre plegándose a la defensa del neoliberalismo. Si bien la iglesia católica tiene un papel importante dentro de la sociedad para justificar el orden establecido, mas allá de sus hipocresías, Cipriani se muestra impasible y utiliza el púlpito para segregar su desprecio por los que no siguen su fe, su manera de pensar y siempre han vivido a las espaldas del Perú oficial.

A finales de los años 60 nace una corriente dentro de la iglesia católica llamada la teología de la liberación que trata de interpretar la fe cristiana desde la experiencia de los pobres, la lucha contra la pobreza como parte de la identidad cristiana, teniendo como principales exponentes al sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez y el teólogo brasileño. Fraile franciscano Leonaro Boff.

Esto era un peligro para la ideología clasista del vaticano, estar de la mano con el poder siempre ha sido necesario para mantenerse vigente a través de la historia, y ello ha conllevado a santificar el modelo imperante durante su existencia, la teología de la liberación tocaba está estructura y ponía en peligro esa visión del vaticano, por ello Juan Pablo II decidió desterrar este concepto y para ello plegó al más reaccionario de los grupos de la Iglesia, el Opus Dei, así se inicia esta relación que hasta ahora ha avanzado con éxito pues con Juan Pablo II en el poder y luego con Joseph Ratzinger, se ha colocado a cardenales del Opus Dei en países estratégicos, como el Perú y dejado de lado de diferentes cargos a sacerdotes que veían con buenos ojos la teología de la liberación.

Por todo ello se puede entender la posición de Cipriani, pues pertenece a una congregación que avaló el gobierno dictatorial y criminal de Franco en España, al respecto Mariella Patriau dice:

“El padre José María Escrivá estuvo fuertemente ligado al dictador Francisco Franco. Las primeras oficinas del Opus Dei estuvieron ubicadas en el Ministerio del Interior de España. En 1969, de 19 ministros franquistas, doce fueron miembros del Opus Dei. A fines de los años sesenta, Escrivá se trasladó a Roma, desde donde planificó la expansión de su movimiento en América Latina. Puso capillas del Opus Dei en cada una de las embajadas españolas. Pero fue en las dictaduras latinoamericanas donde el Opus Dei mejor se desarrolló.”

Mientras las autoridades católicas se dedican a defender el orden establecido, en la sierra y selva peruana pierden adeptos en manos del avance de un sin fin de congregaciones evangélicas.