Gabriel acababa de terminar de estudiar contabilidad en la universidad, le tocaba buscar trabajo y defenderse solo en la vida, su enamorada Jimena lo alentaba, ya tenían siete años como enamorados, toda una vida, se habían conocido en el coro de la iglesia católica del barrio San Pedro de Huánuco, pensaban casarse pronto pues ella también ya terminaba psicología.

Gabriel partió ha Pucallpa, había encontrado un trabajo, mientras Jimena se quedaba para finiquitar lo último de sus estudios, los besos los abrazos, las promesas se confundían entre sus corazones enamorados, no es nada un par de meses, se decían, para Gabriel Jimena era el amor de su vida, la mujer que siempre respetó y tenía en un pedestal.

José ya pronto se recibiría de sacerdote, había llegado al Perú desde Panamá y se instaló en la parroquia San Pedro de Huánuco, asesoraba a uno que otro grupo parroquial y se dedicaba fielmente a su vocación sacerdotal.

José y Jimena se conocieron una noche a la salida de la Iglesia durante una reunión de todos los grupos en la parroquia, donde la juventud rebosa de alegría, de sinceridad, donde las sonrisas son blancas y llenas de esperanzas por seguir el camino de aquel salvador que según las enseñanzas católicas, fue perfecto, Jesucristo. Ellos se hicieron amigos y empezaron a frecuentar, en sus conversaciones se hablaba de la palabra de dios y del comportamiento de los seres humanos, asistían a la iglesia y empezaron a realizar la pastoral trabajando juntos, evangelizando. Pero algo empezaba a suceder, se sentían tan bien el uno al lado del otro, tenían la necesidad de verse, se estaban enamorando, no tenía que pasar, pero sucedió, trataron de evitarlo, José tenía una vocación que seguir, le había jurado fidelidad a Dios, - no puedo caer en esto, no soy igual a los otros, yo nací para sacerdote -. Jimena tenía a Gabriel, quien tanto la amaba, - ¿por qué me sucede esto?, Gabriel es un gran hombre -, pero no pudieron, el dejó las sotanas y ella terminó con Gabriel. En tan solo meses de separación se terminaron siete años de relación entre Gabriel y Jimena, ella tuvo que aguantar las habladurías de la gente, conversó con Gabriel, él no lo quería entender, como entender que se acabara algo en lo que puso todas sus esperanzas y era el motor de su existencia, -como pudo haberme hecho esto Jimena, yo que la tenía en un pedestal, más allá de todas las mujeres de la tierra, yo la veneraba, por que me traicionó así- fue un golpe duro, partió de Huánuco y se alejó. Jimena se fue a Panamá donde se casó con José.

- Hola Gabriel, me pasaron tu correo, que ha sido de tu vida, luego de muchos años- ,

- Que sorpresa Gustavo, que bueno saber de los patas del barrio, te cuento que ya tengo dos hijos, me casé con una bella mujer y soy contador de una empresa aquí por Huaraz, ¿y tú que me cuentas? -

¿Es el destino el que se ensaña por hacernos sufrir situaciones inesperadas?, o ¿nosotros la controlamos y encaminamos con nuestros actos?, sea como sea, siempre la vida te trae otra oportunidad para ser feliz y otra y otra.

Foto: Angel6 – Marily Biotti

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